La semana pasada se fallaron los "Premios Darwin", que como todo el mundo sabe son el meritorio reconocimiento a los extraordinarios seres humanos que con sus extravagantes creaciones se han provocado la esterilización o bien directamente la muerte, inintencionadamente, pero siempre en pos de la depuración de la especie. Pues bien, estos son los finalistas (que recuerdo);
1. Sendos cacos que intentando asaltar la caja fuerte de un gran banco erraron en la cantidad de explosivo, destruyendo la caja y su contenido al completo, cercenando sus propias vidas y derruyendo el edificio entero del banco. (Imagino que fue una medición, así, a ojo de buen cubero)
2. Ese joven (y superdotado) ciudadano alemán que a altas horas de la madrugada, y ante la soledad que lo envolvía en un vagón de metro berlinés, decidió dar salida a sus vandálicos instintos destructivos, propinando una patada doble voladora a una de las ventanillas, con la mala suerte (también llamado falta absoluta de sensatez) de lograr su objetivo arrastrando su cuerpo tras los cristales rotos y muriendo al instante tras el impacto contra las vias a tal velocidad.
3. Ese otro genio estudiante universitario de química, que haciendo alarde de sus conocimientos en su materia, acostumbraba a depositar sus chicles en un compuesto químico a base de ácido cítrico que potenciaba el sabor de la gominola sin causar perjuicios a su salud. Lamentablemente un día trabajando con múltiples sustancias confundió su amado brebaje químico con una sustancia altamente explosiva, con la consiguiente destrucción craneoencefálica que produjo el primer mordisco.
2. Ese joven (y superdotado) ciudadano alemán que a altas horas de la madrugada, y ante la soledad que lo envolvía en un vagón de metro berlinés, decidió dar salida a sus vandálicos instintos destructivos, propinando una patada doble voladora a una de las ventanillas, con la mala suerte (también llamado falta absoluta de sensatez) de lograr su objetivo arrastrando su cuerpo tras los cristales rotos y muriendo al instante tras el impacto contra las vias a tal velocidad.
3. Ese otro genio estudiante universitario de química, que haciendo alarde de sus conocimientos en su materia, acostumbraba a depositar sus chicles en un compuesto químico a base de ácido cítrico que potenciaba el sabor de la gominola sin causar perjuicios a su salud. Lamentablemente un día trabajando con múltiples sustancias confundió su amado brebaje químico con una sustancia altamente explosiva, con la consiguiente destrucción craneoencefálica que produjo el primer mordisco.
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